domingo, 25 de octubre de 2009

El Regreso.



Un concepto que usamos cotidianamente, casi con vulgaridad, sin reparar en un detalle:
Tal cosa no existe.

No, no existen los regresos. Para volver a algún lugar es menester que dicho punto de retorno sea el mismo que dejamos. Y eso no sucede nunca. Ese lugar que dejamos está inmerso en un cambio constante y permanente. Cuando dejamos de ser parte de él y de sus transformaciones, resulta imposible volver sin ser ajenos y extraños a la actualidad del mismo.

Dicho en criollo, los lugares cambian tanto que es imposible volver a ellos. Dichos cambios pueden ser significativos o irrelevantes, pero lo cierto es que cada vez que nos vamos, regresamos a un lugar distinto, por lo tanto, sería más correcto decir que llegamos a un lugar nuevo en vez de retornar.

Y esto no pasa sólo con lugares. Ocurre lo mismo con noviazgos, amistades, hábitos, costumbres, ideas, actitudes, etc.

Cada vez que nos vamos, nos vamos para siempre.





Un texto que leí por ahí que me gustó :)