jueves, 22 de octubre de 2015

Días cotidianos

Días cotidianos

Cuando los días terminan
no hago más que mirar el cielo,
pienso que no quiero morir
sin ver las estrellas

cuando la noche empieza
es mejor dejarte ir,
para que la noche se vuelva fría

Cuando tus ojos dicen la verdad
siempre son para decirme algo que duele,
ya la coraza que me protege
es más fina que una vidrio frágil.
Siempre a punto de estallar,
siempre al limite de estallar

cuando el día termina
el sol se apaga en mi mano
y el ardor me hace olvidarte,
apago el fuego de mis entrañas
para anular mis emociones,
es el control que tengo para no amarte

Un día alguien encontrara mis cenizas
en alguna parte del mundo
y al unirme notara que faltan partes de mi alma
partes que te llevaste quien sabe donde.



Historia humilde

Un día Daniel, mellizo de Jorge, el menor de siete hermanos, estaba tomando una sopa de verduras que había quedado de ayer, tomaba su sopa con una cuchara doblada,en un plato de chapa, con sus pies descalzos por no tener zapatillas, con sus pies llenos de tierra, ya que su piso era de tierra, con una gotera sobre la mesa, con una vela, la única luz que iluminaba la casa.
 Le da la ultima cucharada a su sopa, tibia ya, y le dice a su madre Marta - Ma, que feo debe ser pobre, no?- Su madre abre los ojos, lo mira enojada, pensando que era una burla, un chiste de mal gusto, pero al ver su inocencia se dio cuenta que Daniel en su inmensa pobreza se sentía rico, y ella solo pudo murmurar - Si, debe ser horrible.