Fue una noche con pretensiones a tener
un gusto a todo en el cuerpo
pero al llegar, se cayó una gota de desilusión al vaso
que hizo pretender más de lo que había en nuestras mente,
dificil remontar ese vacío
pero los brazos no estaban cansados, claro que no
y las gargantas sedientas de nuestra bebida favorita
calmaron un poco la amargura
Cuando todo parecía perdido
cuando el alcohol se fundía en las venas
apareció Jesús en bermudas
nos preguntamos si era él,
era obvio que era él
hacía 9º esa noche y era la única persona que podía hacerlo.
vio la oportunidad y lo hizo
Claro está que, no nos convenció ni un poco
en ir a confesarnos a la iglesia,
pero nos sirvió para reírnos un rato
No hay comentarios:
Publicar un comentario