viernes, 5 de junio de 2015

El día en que tus ojos lloraron barro

El día en que tus ojos lloraron barro
Uh! que triste ese día, aun lo recuerdo
yo no fui el culpable, te juro que ya estaba así
tu alma ya estaba así, apagada hace tiempo
antes de empezar a besarte ya no había luz dentro tuyo.

Y esas manchas en el espejo
no eran más que lagrimas de barro,
perdón, puedo ser un poco brusco
y torpe 
pero jamás fue mi intención
lamento ser..
si, ser.

Mi ilusión de poder revivirte luego de aquel beso
cayó en un profundo pozo
¿por que pensé que iba a poder hacerlo?
por iluso, claro. 
y al darme cuenta que no sucedió nada
yo fui el que comenzó a llorar barro

y al llorar por días, tres días para ser exacto
comencé a moldear el barro, moldear el dolor
y me hice un balcón, donde pude mirar atardeceres
que ya no me decían nada, ya el viento no me hablaba
el balcón ya no susurra tu nombre,
esas lagrimas de barro ya no me pertenecían, 
eran de las nubes. 

Abandoné el barro, las lagrimas. 
Deje de llorar por años. 
Olvidando por completo que eso existía. 

Hoy las vuelvo a recordar luego de diez años. 
¿Por que hoy? 
Porque el "nunca" no existe y el dolor despierta
Porque no tuvimos un final. 
Porque ese dolor fue un aprendizaje 
de como convertir el dolor en algo útil, 
aunque lo aprendí luego de diez años,
mejor tarde, porque temprano ya lo hubiese olvidado.
El día en que tus lagrimas fueron barro  y los míos también, 
construimos una casa, una casa de dolor, 
que la lluvia desarmó y se la llevo el río.

Ahora el agua que tomás es la mezcla de tus lagrimas,
del barro, del dolor, de mi y del recuerdo de lo que nunca sucedió




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