martes, 6 de enero de 2015

En el humo y el alcohol

Dicen que en el humo y el alcohol
se ve la cara del diablo
Pero te aseguro que no es él
Ya vi ese rostro en el humo,
pero más importante
ya le vi la cara al diablo.

Claro que se disfrazó de
la dama más perfecta que vi.
estaba en San Juan, de viaje
y pare al costado de la ruta
en un bar de mala muerte.
Entró tan segura de si misma,
tan perfecta, y me encaró.
Me invitó a bailar.
acepté.
Bailamos funk esa noche
era una excelente bailarina,
¿Por que estaba interesada en mi?
era obvio, porque era el Diablo,
se pisaba solo, se pisaba la cola, solo.

Se fumó todos mis cigarros
el muy vividor.
Me quiso apostar mi alma durante toda la noche
Pero fui más inteligente que él
y lo emborrache,
litros de cerveza y vino
en su garganta.
La mezcla de bebidas no solo afecta a los humanos, comprobé

Se embriagó al punto de ni saber como se llamaba.
Quiso acostarse conmigo,
me lo propuso en reiteradas oportunidades
pero me negué.

Ya, al cierre del bar,
el sol todavía no se había asomado,
ni siquiera pensaba en salir
y el frío rajaba la piel.
No podía ni levantarse, pobre
sentado, vomitando todo lo que bebió,
me pidió si podía acompañarlo al monte.
Accedí.

Caminando hacia el monte
me confesó su miedo a la oscuridad,
Y su miedo a morir
al final, era más débil que yo
Lo dejé acostado en el monte
y me largue lo más rápido que pude de ahí.

Ahora dicen que si vas con un instrumento
te enseña a tocarlo, te enseña a ser el mejor.
Que mentiroso que es,
entre sus confesiones me dijo que no sabe

ni como se usa un toc toc

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