domingo, 15 de noviembre de 2015

Ya hice el duelo, ya sané
pero hay un pequeño fuego
que no se quiere apagar

En la llama tu nombre
Y en la yema de mis dedos tus lágrimas
No puedo evitar sentir culpa
Y vos no podes evitar desconfiar
Se que cuando el dolor y la tristeza
acuden a vos, es muy difícil de sacar

La llama con tu nombre no se apaga
Por más agua que le eche.
Pero ocurre que no quiero echarle agua
Ni estar anestesiado.
Ocurre que quiero estar hoy acá
Donde estoy en el ahora y acá

Te confieso que lloré
Y que dolió tu ausencia
Que nunca se lo mostré a nadie
Que nunca supe si fue lo mejor irse

Pero los años muestran que no fue lo mejor
Pero dentro de lo peor puedo reconocer
Que el tiempo, que la ausencia
Que las vetas en la madera
Y los surcos perdidos
atan a tu memoria recuerdos vivos
con fragancias  y canciones,
Que tan sólo con un tirón
te dan la oportunidad de volver a amar
Y que con un poco más de pasión
las cosas vuelven a estar
donde deberían estar.

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