miércoles, 23 de julio de 2014

El día que tocamos las nubes con las manos

Volviste de la lejanía, pensando que todo seguía igual
y tal vez era cierto, nada había cambiado en esa mugrosa ciudad.
Llegaste con el pelo revuelto, seguro que si tenias edad para tener barba
hubieras aparecido con una barba de veinte centímetros.

Eramos dos pequeños hombrecitos
en busca de la razón mediante hechos.
Analizando cada cosa que nos pasaba,
riendo un poco, esperando algun amor,
bueno yo esperando el primero
y vos ya por el tercero, bromeábamos.

Nos fuimos lejos, nuestro primer destino San Juan
con algunas canciones que marcaron nuestra vida.
Pasó un año, y nuestro segundo destino fue Córdoba
y en un cerro, que escalamos más de la cuenta,
tocamos las nubes con las manos
y sabíamos que ese día iba a ser inolvidable,
porque sentíamos que todos nuestros pequeños problemas
estaban allá, abajo, sin saber como subir.
y pensábamos que si nos perdíamos estábamos con la persona correcta.

Viajamos unas veces más a Córdoba
y en esos momentos difíciles estuviste.
No me daría la cara decir que nunca estuviste en los momentos complicados.
En aquellos momentos solo quedaba pensar que eramos hombrecitos
arriba de un cerro, y que las nubes tapaban nuestra visión al suelo,
tocando las nubes más esponjosas que había en el cielo.

Seguimos caminando por aquel camino desprolijo
riendo muchas veces, llorando pocas por suerte.

Que lindo es encontrar un ser único en la vida,
creo que la vida sería muy vacía,
cada consejo que te podía dar, era también un consejo a mi mismo.

Cada vez que existe un momento dificil
nos recuerdo ahí arriba, tocando las nubes con las manos
y el sentimiento de paz que nos rodeó ese día.




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