El amor se lo debe vivir como si fuera una obra de teatro. Cuando uno entra a ver una obra, se condiciona y sabe que lo que está viendo no es real, pero sin embargo se deja llevar un poco con las dos horas que durará. Es un juego al que hay que seguirle la corriente. Hay personas que exageran su inocencia y creen todo lo que ven, creen que esa obra durará para toda la vida, y que los actores son personajes reales, y que lo que esta sucediendo es real, ese amor es un amor inmaduro.
Sin embargo también están los que se sientan en la fila y piensan que la escenografía no está tan buena, que el actor principal es el mismo de la película que vio ayer y que no puede dejarse llevar y disfrutar de lo que está viendo.
Ninguno de esos dos tipos de amores te llevan a buenos lugares. Solo hay que dejarse llevar y ser lo que tenga que ser.
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