Buenos días/tardes/noches(depende de cuando tenga tiempo de leer esta carta), procedo a contarle que esta mañana me levante, mire mi patio y noté que estaba lleno de canciones, que calculo serán suyas. Tal vez la tormenta de anoche y el viento las arranco de su jardín, arrastrándola por arriba del paredón y cayendo suavemente a mi jardín.
Yo sé que usted no es la causante de esto, pero sin embargo, quiero agradecerle, ya que fertilizaron mi tierra, alimentándola de canciones hermosas que no conocía.
Pensé en quedármelas para siempre y que me acompañen en los días más difíciles, pero al ver por arriba del paredón, hacia su patio, note lo desierto que estaba y me dio pena. Entonces decidí devolverle más de lo que, sin querer, me dio.
Acá tiene todas sus hermosas canciones, y también, en el momento que las iba juntando agarre algunas canciones mías, espero que las pueda disfrutar tanto como yo disfrute de las suyas. Y le quiero proponer, si le parece bien, que si algún día necesita un compañero para beber, no dude en tocar mi puerta, o saltar el paredón, aquí estaré esperándola, curioso y ansioso de escuchar hermosas historias suyas, las historias más turbias, las historias graciosas, o las que dejan una enseñanza.
Bueno, sin más ganas de hacerla perder tiempo, me despido al ritmo de "el cuarto de al lado", cantando "Y todo lo que haces por obligación, se lleva la alegría de tu corazón"... bella canción.
P.D: Usted baila muy lindo, perdón que se lo diga, pero el otro día, podando el árbol, sin querer, vi sobre el paredón a usted ensayando con dos amigas una coreografía. Es, usted, una muy linda bailarina
P.D 2: Se que es un poco apresurado, pero si algún día quiere y puede
Adiós!
Atte Su vecino de al lado.
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