miércoles, 22 de abril de 2015

Media noche en Hurlingham

Salí, salí de ese lugar pensando que
ibas a venir a buscarme,
salí, y no apresure el paso,
conté todas las baldosas
imperfectamente apiladas 
Esas blancas mugrientas del banco itau
Me di cuenta que
mis pasos no coincidían con ellas.
Salí, y me detuve 
porque pensaba en que en algun momento
ibas a venir a buscarme.
Salí, y tarde más de lo normal 
en llegar a la esquina.
Mire para atrás unas tres,
o cuatro veces,
pensando en que te habías
dado cuenta que ya no estaba.

Crucé la calle,
y seguía esperando esa mano en mi hombro,
esa que sanaría esa despedida, con tanto desdén, de tu parte
Salí y seguí caminando sin perder esperanzas,
"ya vas a venir", me decía a mi mismo.
"Capaz estoy apurando mucho el paso
debo bajar unos cambios" pensaba.
Salí, me confié que ibas a venir a mi,
creyendo que te habías dado cuenta
que me partí en mil pedazos al despedirme de vos.
¿Lo que hace una persona cuando le gusta alguien, no?
Porque, pensalo en frío, podría haberme ahogado
en esos ojos cuando me miraste,
pero sin embargo, me arriesgué
y me lancé, aun sin saber la profundidad
con la que me iba a encontrar.
y sin saber nadar, bajo esos ojos, 
noté que no me mirabas,
y fue una gran desilusión verte sonreírle a un celular,
Seguro que ahí dentro estaba la persona que realmente te importaba
Claro está, yo no era esa persona.

Caminé por Jaureche, llegué a la remiseria,
hurgue mi billetera, unas tres veces tuve que mirar,
me di cuenta que tenia cincuenta pesos hechos un bollo,
escondidos, sin ganas de ser gastados,
ya tenia la seguridad de que podía llegar a casa,
y las esperanzas de que me hayas seguido estaban desapareciendo,
al subirme a ese auto sabia que podía ser el fin,
el fin de que, si venías por esas casualidades atrás mío,
no te iban a dar las piernas para alcanzar el auto,
alcanzarme, y darme ese abrazo que necesité,
debido a que te despediste con tanta distancia,
así que le dije al chofer "Por favor, no vayas tan rápido"
y el me respondió "¿Le tenes miedo a la velocidad?"
Y le contesto, mirando por el espejo retrovisor del acompañante,
como reflexivo "Si, suelo ir bastante rápido en todo, eso me aterra"

Apenas arrancó el auto, miré para atrás, unas dos veces más,
antes de que el chofer doble por Vergara,
pero no vi a nadie, y al girar por completo
sentí algo que se fracturó por dentro.
Y mientras el auto iba por Vergara,
tan desolada a esas horas,
sonaba por la radio una canción que decía
"no puedo sacarte de mi cabeza", en ingles.
y pensaba: “destino hijo de puta,
dejá de decirme las cosas que ya sé,
dejá de hacerte el sutil con tal obviedad”
Casi doblando por Padilla, sin ninguna ilusión ya,
caí en la cuenta que apenas sabes mi nombre,
apenas me decís “hola”,
me di cuenta que soy solo un susurro en tu vida,
y cada tanto me sonreís cuando me miras.
Y me di cuenta que mi objetivo era ese, en un principio,
¿Que podía pretender?
Lo único que quería, hace unas semanas atrás era
que sepas mi nombre, que me digas hola,
que me mires y me sonrías; y lo logré,

Noté que mi objetivo cambió, avanzó, podría decir
y quiero ser un viento en tu vida,
pero debería ir más tranquilo,
en algún punto creo que "gané" algo,
podrán decir: “que consuelo tan tonto,
que poco pretende de la vida este muchacho”
pero la verdad es que la vida es muy corta,
y muy larga al mismo tiempo.
Prefiero dar pequeños pasos, pasos reales,
porque los irreales los dejo para cuando esté dormido

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