Las musas hay que cuidarlas,
desaparecen, pero esa es parte de su encanto.
Te alimentan, te hacen sentir bien con vos mismo.
Y te hacen sentirte un tonto, y que perdiste también,
el incentivo ideal para comenzar a escribir
y si te pide la galaxia se la das
y si te pide tu sombra, se la das
y si te pide paz se la das
y si te sonríe morís.
Musas, nunca se sabe que se ganaron ese lugar, y pocas saben que lo son.
Aparecen cuando las pensás, cuando no estás.
Musas, el arte no existiría sin ellas.
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