jueves, 19 de marzo de 2015

Actualidad

Las montañas se convirtieron  en edificios
Y tu presa en comida envuelta
tus dientes cuadrados, junto con tu mente
y tus sentidos se acortaron
solo quedaron cinco.

Tus garras fueron uñas pintadas,
y tu taparrabos un vestido que conseguiste por treinta pesos en la feria.
tu pies callosos en zapatos exagerados, y tus labios color carmesí huelen a fruta

las piedras son colchones cómodos
y tenes que cumplir diez horas trabajando en lo que no te gusta
y estudiar otras cuatro horas en lo que amas, pero no te da dinero
y el dinero, maldito dinero, esos papeles de colores que el humano le dio valor
para comprar esa presa envuelta, o esa huerta ficticia.
No solo eso, porque en la caja que te dice que pensar, que decir y que comprar
te tientan con plástico, que compres plástico
PLASTICO! PLAS-TI-CO!
y lo compramos felices, sabiendo que mañana vamos a querer otra cosa,
porque el amor no nos sacia como nunca nos sació, 
pero que nos inventaron que si debería saciarnos.

y debemos encontrarle el puto sentimiento a todo,
sea malo o bueno, el único sentido de saber que estamos vivos
¿Para que queremos saber si estamos vivos?
tanto nos importa, que nos pellizcamos todos los días
con amor, o el concepto de ello
con el odio, o el concepto de ello
con el miedo, o el susurro de lo que creemos que es.

Mis manos embarradas de tanto caer en el pozo 
ya se cansan de limpiarse con agua más sucia.

Morir es una solución,
creo estar preparado para morir,
pero no de esta manera,
de una forma más épica.




No hay comentarios:

Publicar un comentario