jueves, 2 de enero de 2014

La nada en todo

ciento ochenta y cuatro noches en mi memoria
cada una con un ida y vuelta
que terminó en un ida.

solté la soga y salte
cantando todas las canciones que me hacían acordar a vos

Cuando te conocí, de verdad,
en aquel sillón escuchando cierta música
hablando de ciertas cosas,
decidí ser una mejor persona
y en cada lugar de comida rápida que iba
limpiaba mi bandeja
y a cada volantero
agarraba su folleto
por las pequeñas cosas se empiezan

te buscaba en lugares
donde era imposible que estés
y te encontraba en sueños
donde eran casi imposibles que sucedan

un cinco de noviembre puede serlo todo
y al otro día la nada misma
la nada en el todo.



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